lunes, 14 de septiembre de 2009

Lazos


Quizá nuestras almas no sean más que eso, lazos de unión que nos unen a nosotros mismos y a otras personas, lazos que una vez entrelazados forman un todo, sin principio ni final, como si partes de uno mismo se encontraran en otra persona, como dejando piezas dependientes y, a su vez, independientes de sí mismos en otras personas.

Quizá nuestras almas no sean más que eso, puzzles ya montados cuyas piezas pueden ampliarse y reducirse, acercarse y alejarse, formando dibujos tan complejos como los sentimientos, llenando nuestro estómago de mariposas, iluminando nuestra cara con una sonrisa, enlazándonos con otras personas sin las cuales no existiría ese todo, ese puzzle interminable ya montado, esos lazos infinitos de Escher.


“La felicidad sólo es real cuando es compartida” Chris McCandless. (Into the wild)

lunes, 15 de junio de 2009

Cosmos...

Vienen y van, en un vaivén tan suave que apenas es perceptible. Pasan rozándome la piel, dejando tras de si una huella aterciopelada que cubre mis pensamientos.

Por momentos dejan ver pequeñas motas iluminadas de un intenso color blanco, luciérnagas que, inmóviles, juegan a esconderse entre risas y susurros detrás de unas nubes algodonosas.

Un enorme foco blanco, manchado de océano, ilumina el escenario. Parece sereno, inmutable, casi recuerda a una madrastra de cuentos de hadas, diciéndole a las pequeñas luciérnagas que dejen de reír y jugar, que sigan salpicando de luz el firmamento. Pero ellas se divierten, haciendo que los pensamientos aterciopelados consigan levitar sobre la hierba, despojándose de sí mismos y tartamudeando a un tiempo, dejando debajo algo insignificativo que ha logrado sobrevivir a la inmensidad a duras penas.



Sin ti y sin mí el universo es sencillo,

gobernado con la regularidad de una cárcel.

Las galaxias giran por unos arcos estipulados,

las estrellas desaparecen a la hora indicada,

los cuervos vuelan hacia el sur y los monos están en celo cuando toca.

Por nosotros, a quienes el cosmos moldeó durante miles de millones de años

para encajar en este lugar, sabemos que fracasó.

Porque podemos cambiar nuestro molde,

alargar un brazo por entre los barrotes

y, como Escher, sacarnos.

Y mientras las ballenas

están eternamente confinadas en los mares,

ascendemos por las olas,

y miramos la tierra desde las nubes.

Look Down from Clouds, Marvin Levine.



miércoles, 20 de mayo de 2009

A veces...

A veces es difícil escuchar al corazón

A veces es difícil querer querer

A veces sin darte cuenta sucede

A veces recuerdas momentos especiales

A veces te gustaría tener otros momentos especiales

A veces el silencio duele

A veces un “no” sirve para derrumbarte

Un viejo lugar que te hace volar

El tacto de su piel

Una mirada de complicidad

Poca distancia entre los dos

Palabras inesperadas

Paz a su lado…

A veces es difícil querer querer

A veces sin darte cuenta sucede



O no...

sábado, 18 de abril de 2009

La pequeña sonriente

La naturaleza nunca deja de sorprenderme. Y, aunque no he encontrado demasiada información sobre el tema, aquí os dejo esto.



La Theridion Grallator es una pequeña araña que únicamente vive en Hawaii, Moloki y Oahu. Y recalco lo de pequeña, pues sólo mide 5 milímetros de longitud, con lo que no se deja ver fácilmente en el espesor de los bosques tropicales que habita.
Lo curiosos de este arácnido es la cara sonriente que tiene dibujada en su abdomen, según los científicos, para persuadir a sus depredadores (cosa que, a mi juicio, no es muy científico).
Ya veis, si alguna vez os encontráis con que los pákaros de Hitchcock quieren convertiros en su almuerzo, plantarles una graaaaaan sonrisa.

miércoles, 15 de abril de 2009

Vapor de agua...

Desde detrás de un cristal empañado todo se ve mejor.
Con el agua como parte de mi piel.
Escuchando esa canción que, como tantas otras veces, me estremece.
Visualizando esas palabras, tratando de grabarlas a fuego en el agua.
Sintiéndome parte del todo y, a la vez, de la nada.
Flotando en el aire hacia ningún lado, con mis pies hundiéndose en el vacío.
Sintiéndome lo más cerca que he estado nunca de la libertad.
Envuelto en su voz, casi formando parte de ella.
Deseando que no acabe nunca este momento.
Todo tiene mucho más sentido.
Ya nada tiene tanta importancia como parecía.
Cierro los ojos.
Ahora formo parte del aire, del vapor de agua.

Cierro el grifo.
Fuera hace frío.
Todo deja de tener sentido.

lunes, 6 de abril de 2009

Caminos...

- Fijaos –le dijo David, señalando el centro del dintel-. El maestro constructor representó aquí un polígono de ocho lados, un octógono. ¿Sabéis cuál es su significado?
Andrés movió la cabeza de un lado a otro negando.
- Simboliza la inmortalidad.
- ¿La inmortalidad? –preguntó perplejo.
- Según la doctrina pitagórica, los números tienen su
simbolismo, así el número uno representa el más allá, el tres el espíritu y el cuatro la materia. –Hizo una pausa para que el joven pudiese asimilar lo que acababa de explicarle-. Ahora decidme, ¿por qué razón el siete es el número del hombre?
Andrés se ruborizó; tenía la sensación de que le estaban examinando.
Después de meditar unos segundos se atrevió a responder.
- El hombre está constituido por la suma de lo material y lo espiritual. Por lo tanto, la suma de cuatro y tres.

Y es que cuando te debates entre el cuatro y el tres, el siete pierde esa globalidad tan característica suya.


A veces sin darte cuenta, vuelves a encontrarte al inicio de la adolescencia, tratando de averiguar hacia dónde quieres guiar tu vida, buscando una razón y un sentido en lo que haces. Es en esos momentos cuando ves las huellas que cada una de las personas que se ha cruzado en tu vida ha dejado en ti.
Por otra parte, ves a donde te han llevado esas decisiones y quizá, como Dante, no sabes de qué modo has acabado en la selva oscura en la que te hallas. Y, envuelto en espirales, sigues avanzando por un camino que pronto llega a su fin y se divide en otros dos. Y aunque como bien dice Machado: "caminante no hay camino, se hace camino al andar", lo cierto es que lo difícil no es seguir un camino u otro, lo difícil es saber donde dar cada paso.

jueves, 2 de abril de 2009

Destino paraíso

Yo también estoy esperando ese tren, ese viaje de un sentido y sin un retorno…pero hay que barajar muchas posibilidades antes de subirse al vagón y cambiarlo todo…cambiar demasiadas cosas…
















Por ahora sólo puedo contemplar las vías vacías y sin vibración, la estación desierta, los andenes muertos. Entre tanto paseo de un lado al otro, observando como pasa un día, y otro, y otro, ya van treinta, un mes, dos, tres,…


Se oye algo. Las vías vibran. Sólo es el viento.